El profesor holandés Salomón Kroonenberg es geólogo y doctor en geografía física de la Universidad de Amsterdam. Como investigador de la Universidad Tecnológica de Delft, estudia los riesgos por inundaciones en el delta holandés. Antes se desempeñó como geólogo investigador en programas de desarrollo en distintos países, entre ellos Surinam y Colombia. Aunque desmiente que sea “climatólogo” es un estudioso de la historia de la tierra y, por tanto, conocedor de las variaciones del clima en la historia del globo. Gracias a sus estudios puede concluir que “el clima siempre está cambiando” y que la responsabilidad del hombre en ello no es tanta como quisieran los catastrofistas ambientales. Por invitación de la Universidad Eafit y el Parque Explora, el científico holandés dictó en Medellín una concurrida conferencia en la que expuso sus razones para no sumarse a las ideas ampliamente divulgadas, y premiadas, sobre el cambio climático.

Sea lo primero confirmar que nuestras páginas permanecen abiertas a la comunidad académica para que aporte sus argumentos en la importante discusión que el profesor Kroonenberg nos ha traído por primera vez a las aulas de Medellín, así entre algunos expertos estuviera abierta con antelación. Y es que aunque al tema se le quiere dar el carácter de “cosa juzgada”, creemos que existen razones suficientes para considerar que la discusión sobre las causas y la magnitud del cambio climático sigue abierta y que aun no conocemos muchas voces que pueden contribuir con nuevos análisis y recomendaciones para proteger los recursos naturales y garantizar el acceso al bienestar a los millones de seres humanos que siguen excluidos de las oportunidades. Así, pues, hacemos nuestra su respuesta a un académico en la que señalaba que “no tienen que creerme o a los alarmistas, pero deben formarse su propia opinión y mirar a ambos lados” e invitamos a sus oyentes y a nuestros lectores a seguir buscando las verdades todavía desconocidas en este campo trascendental del conocimiento.

La apertura de los anfitriones y los medios locales de comunicación a esta voz disidente no es común en el mundo, según denuncia del doctor Kroonenberg. Como sospechábamos, señaló que los medios de comunicación y los científicos que se han convertido en protagonistas del espectáculo y la política gracias a sus teorías, han conseguido crear condiciones para silenciar o vilipendiar a quienes promueven tesis que difieren de la teoría dominante, que se fundamenta en la idea de que “el mismo hombre cree que es dueño de la naturaleza” y por tanto prefiere desconocer otras fuerzas e influencias tal vez más poderosas.

En sus reflexiones, el investigador critica a “una opinión unísona que dice que el calentamiento global es el problema, es un suicidio político el hecho de que cualquier funcionario público salga a decir que no es cierto. Ellos siguen con la masa, lo que es una pena”. Como esperamos que los políticos recojan su parte de esta crítica, nosotros tomamos el llamado al periodismo de ciencia para que se acerque a otros puntos de vista y amplíe la discusión en este campo. Pedimos también a los científicos que abran sus puertas a los medios de comunicación, que somos su único vehículo de diálogo y formación de ciudadanos ilustrados, para que se conozcan estos temas.

Como antes hicimos con las inquietudes del profesor danés Bjorn Lomborg sobre el uso político de la tesis del calentamiento global, que permite a los gobernantes eludir responsabilidades en otros campos que demandan acciones urgentes, aunque no tan visibles o que ofrecen tanta vitrina como el calentamiento global, también recogemos el llamado del investigador Kroonenberg en el sentido de que “es mejor concentrarse en problemas más graves como son la pobreza, la salud, la educación: pues el clima siempre va a cambiar”. Que no se llamen a engaños, sin embargo, quienes pretenden valerse de la intervención de este científico para llamar a que no se adopten políticas de protección ambiental y manejo racional de los recursos naturales. Para el profesor holandés es ineludible atar las políticas de protección de la naturaleza a las políticas energéticas; definir acciones de prevención que impidan que los desastres naturales se conviertan en catástrofes, y establecer políticas ambientales particulares, como imperativos de protección de la naturaleza, no de modificación de su curso.

Damos la bienvenida a una voz que ha resultado interesante para los estudiosos locales del tema y que ha conseguido ampliar entre nosotros las discusiones sobre el cambio climático que habíamos recogido en estas páginas y que invitan a abandonar el tono dogmático con que se le trata para abrir las mentes a otras perspectivas que deben contribuir a la búsqueda de soluciones realistas, sensatas y posibles a las amenazas de la naturaleza para la vida humana y su desarrollo en el planeta, que siguen siendo razón de nuestras preocupaciones y esperamos lo sean de las que ocupan a los científicos.